Encender la chimenea en invierno: Riesgos que debes prevenir
Una de las mejores sensaciones de los días más fríos del año es la de poder estar delante de una chimenea. Tal vez tengamos la suerte de tener una en casa, o tal vez podamos escaparnos un fin de semana a un refugio o cabaña que disponga de ella.
En este artículo te explicamos los riesgos que debes prevenir a la hora de encender la chimenea en invierno. ¡Sigue leyendo!
El encanto de la chimenea
A pesar de lo mucho que han evolucionado los sistemas de calefacción, la chimenea tiene un encanto especial. No solo nos proporciona un calor muy agradable, sino que nos produce una sensación de confort y relajación. Nos ayuda a desconectarnos un poco de las nuevas tecnologías para deleitarnos con el movimiento de las llamas y el crepitar de la madera.
Sin embargo, la chimenea también tiene sus riesgos. Por eso, debemos tomar algunas precauciones para prevenir accidentes.
El monóxido de carbono
El monóxido de carbono, conocido como CO, es un gas que se produce, entre otras situaciones, cuando la leña no se quema del todo. Este gas es tóxico, porque cuando lo respiramos impide que el oxígeno llegue a las células de nuestro organismo.
El gran riesgo del monóxido de carbono es que no se nota, es muy difícil de percibir. Y, si lo inhalamos durante un rato, es una intoxicación gradual que nos marea y adormece, y puede llegar a causar la muerte. De hecho, cada invierno hay fallecimientos por este problema con chimeneas, estufas y braseros, en muchos casos mientras las personas duermen.
Principales problemas de la chimenea
Hay dos problemas frecuentes que afectan a las chimeneas y que deberíamos conocer:
- Tiro deficiente: Esto sucede cuando el humo no sube de manera correcta por la chimenea, la leña no puede quemar bien y los gases se acumulan en la estancia. Podría ser que la chimenea no esté bien hecha o no sea lo suficientemente alta.
- Acumulación del hollín: Cuando la leña no quema bien por ser inadecuada, de mala calidad o demasiado verde. Esto hará que el hollín se acumule a lo largo de la chimenea. Como es inflamable, podría agrietar y romper la pared.
¿Cómo prevenimos riesgos al encender la chimenea?
Por último, con estos consejos podremos prevenir cualquier tipo de riesgo mientras disfrutamos del fuego de la chimenea:
- La chimenea debe estar alejada de cualquier tipo de material inflamable como moquetas, madera, papel, etc. Por lo menos a una distancia de 80 centímetros.
- La estancia debe tener una buena ventilación. Si usamos la chimenea a diario, cada día airearemos bien la casa durante un buen rato.
- La leña no debe ser resinosa y tiene que estar bien seca. Lo ideal es que tenga una antigüedad de, por lo menos, un año.
- Limpiaremos bien las cenizas y el cristal (si tiene puerta) antes de encender el fuego.
- Para encender el fuego podemos usar pastillas para este fin o bien piñas secas. No se recomienda utilizar combustible u otros líquidos.
- No llenar todo el hueco de la chimenea con leña. Debe poder “respirar”.
- Deberemos controlar la apertura del tiro para avivar o reducir la intensidad de las llamas.
- El conducto de la chimenea no tiene que tener ninguna grieta o apertura.
- La chimenea debe limpiarse a fondo, por lo menos, una vez antes de la temporada de invierno. En algunos países, las aseguradoras obligan a hacerle un mantenimiento anual. Esta limpieza deberá repetirse según el uso y el tipo de leña.
- Al acostarnos, nunca dejar la chimenea encendida. Y, si tiene puerta, la cerraremos siempre.
Además de todos estos consejos, ten en cuenta que las chimeneas son sensibles a muchos factores. La temperatura, la presión atmosférica, el viento, la suciedad… incluso una misma chimenea funciona diferente según las características de la casa. Por eso, para disfrutar de un invierno de cuento, nunca dejes de prestarle atención y ten en cuenta todas estas precauciones.