5 consejos para educar a mi gato
La educación de un gato va a ser distinta a la de un perro porque estamos hablando de un felino. Es muy importante que nosotros entendamos el significado de las actuaciones del gato.
Son animales que son muy sensibles al estrés y por eso deberíamos intentar minimizarlo de la siguiente forma:
- Cuidando el entorno: significa mejorar la calidad de vida del gato. El gato necesita estímulos diarios para estar mejor: una ventana para poder mirar a fuera y distraerse, zona para trepar y hacer ejercicio a diferentes alturas, juguetes para incentivar el juego, zona de descanso con materiales confortables que mantengan el calor, etc.…
- Socializándolo: sobre todo los dos primeros meses enseñándolo a usar la bandeja para sus necesidades, el uso de los rascadores para sus uñas en zonas de paso y si es el caso en zonas donde ha intentado rascar algún mueble, a interactuar con otros animales de la casa acicalándose entre ellos en el caso de los gatos y con nosotros teniendo momentos de caricias y de cepillo para que después podamos manipularlo si hace falta, etc.
- Alimentándolo de una forma controlada. La alimentación de los gatos es “ad libitum” que significa que comen poca cantidad, pero muchas veces al día, y en gatos que no se mueven mucho puede llevar a la obesidad. Está bien utilizar juegos donde poder esconder la comida para ayudar a hacer ejercicio físico.
- Espacios separados para las diferentes actividades diarias: por ejemplo, la zona de eliminación tiene que estar distanciada de la zona de alimentación porque si no el gato es capaza de no utilizarla.
- El cuidado del ambiente a través de los olores ayuda a que el gato está más relajado. Para ello se usan feromonas artificiales en forma de spray o difusor que incluso podemos utilizar cuando vayamos al veterinario u otra situación que provoque estrés.
Cuando tengamos todo esto en marcha se trata de saber que no podemos interactuar con el gato como si fuera un perro, nunca hay que forzarlo y hay que saber que el gato muchas veces ante una situación indeseable va a realizar un aviso previo que el propietario debe interpretar para que no se complique la situación y acabe mal; a veces un pequeño ruido, un movimiento rápido de la cola hacia un lado y hacia el otro o una mirada fija y penetrante.
Si conseguimos esto, la convivencia con nuestro gato va a ser perfecta.
Por:
Ferran Solanes
Colaborador Dpto. Veterinaria